Iria
07/Mar/2012
bloody hand
12

Prima:

 

Lo sabía, estaba segura de que Carmen ocultaba algo. Está elaborando más muestras de I1 en altas concentraciones, las cuales han ido menguando paulatinamente sin ninguna explicación.

Anoche conseguí la carpeta del laboratorio. He leído minuciosamente el informe. Los datos son espeluznantes; pensé que esta pesadilla no podía empeorar, pero me equivocaba.  Hay algo peor que este virus: el Sujeto 0, el poseedor de la cepa origen.

Esta microscópica enzima invade el cerebro, expulsa una neurotoxina que afecta al sistema nervioso y al sistema motor. La médula ósea deja de fabricar linfocitos y el sistema inmune desaparece. Ante el más débil microorganismo que ataque el cuerpo, éste, sin manera de defenderse acaba falleciendo. Sin embargo, aquí no acaba la función de la enzima, sino su comienzo: la enzima mantiene vivo el cerebro y el sistema nervioso, es decir, tu cuerpo se mueve pero tu ser ha desaparecido; eres un muñeco demoníaco.

Algunos sentidos se agudizan, los huesos pierden calcio y masa muscular, el cabello se cae, el sentido del tacto desaparece (no siente dolor). La consciencia no es erradicada del todo, los instintos primitivos salen a la luz: comer y cazar. Esto lo convierte en un feroz depredador.

Según la información sobre el Sujeto, este llegó al laboratorio muy enfermo. No descarto que sea uno de los transportistas o de los guardabosques que vienen continuamente a consultarnos cada vez que ven algo extraño. Lo que me sorprende es que esta enzima no es contagiosa.

Lo único que puede darle un poco de nitidez a esto es que la propia enzima mutara en otro organismo. Alguien que puede contagiar esta nueva cepa sin llegar a desarrollarla en su propio cuerpo. Una vez más la madre naturaleza nos ha demostrado que solo ella puede crear vida y muerte.

No puedo seguir de brazos cruzados en este idílico lugar seguro mientras mis vecinos están sufriendo una horrible enfermedad.

Sé que mi brebaje no está terminado, pero puedo retrasar la enfermedad hasta que encuentre una cura, es mejor que no hacer nada.

Prepararé varias garrafas e iré por el pueblo repartiéndolas a los supervivientes, si aún quedan. La idea me revuelve el estómago y me paraliza. ¿Cómo puedo enfrentarme a esos monstruos sola?

Hace unas semanas tuve que tomar una decisión similar. Ahora soy consciente de lo que hay ahí afuera, no puedo vendarme los ojos y esperar que otro lo haga en mi lugar, simplemente por que no existe ese otro.

Prima, dame fuerzas para enfrentarme a lo que debo hacer y no a lo que me gustaría hacer.

 

Iria.

 

P.D.: El Sujeto 0 parece que recupera la razón a los pocos minutos de tomar el I1, pero su consciencia dura muy poco. He devuelto el informe a su lugar, espero seguir leyéndolo a hurtadillas.